
El festival celebrado en Monterrey demuestra que la música y la empatía pueden transformar la experiencia de las personas con discapacidad.
Autor: Edgar Omar Isaí García Esquivel, 29 de abril de 2025
Columna Inclusiva
El Tecate Pa’l Norte 2025, realizado del 4 al 6 de abril en el Parque Fundidora de Monterrey, Nuevo León, se consolida como un evento que trasciende la música; es un espacio donde la inclusión se vive de verdad. Como reportero acreditado por Apodaca Group para cubrir este festival internacional, y como persona con una lesión medular cervical que me limita la movilidad y me lleva a usar silla de ruedas, siento una profunda gratitud por haber sido considerado en esta edición. Escribo esta columna para destacar los esfuerzos excepcionales del festival en materia de inclusión, un tema que merece ser visibilizado y celebrado en un mundo que necesita más empatía.
El Tecate Pa’l Norte no es sólo un festival conocido por su cartel diverso, con artistas como Green Day, Olivia Rodrigo y Caifanes, o por su impacto económico de más de 750 millones de pesos en Nuevo León. Es también un referente de calidad humana. Al reportear en esta edición, nuestro equipo de Inclusivo —el primer medio de comunicación con una línea editorial que visibiliza a las personas con discapacidad y cuenta con colaboradores que viven esta realidad— observa un compromiso real con la accesibilidad. Las instalaciones del Parque Fundidora están diseñadas para que personas con sillas de ruedas, bastones o cualquier necesidad especial se sientan cómodas. De los nueve escenarios que albergan a más de 180 artistas, dos cuentan con plataformas inclusivas que permiten a quienes usamos silla de ruedas disfrutar de los conciertos sin obstáculos, con una vista privilegiada y segura.
Este esfuerzo sirve para demostrar que la inclusión no es una declaración vacía; es una realidad que transforma vidas. La organización del festival, liderada por Apodaca Group, se asegura de que cada detalle refleje empatía. Los colaboradores y voluntarios, muchos de ellos con discapacidad, transmiten una calidez humana que marca la diferencia. Al entrevistarlos, ellos mismos afirman que se sienten valorados y tratados con respeto, lo que los motiva a regresar cada año. Además, el festival incorpora intérpretes de Lengua de Señas Mexicana en las plataformas inclusivas, traduciendo canciones en tiempo real para personas con debilidad auditiva. Esta iniciativa, que nos llena de felicidad, permite que la música llegue a todos, sin importar las barreras. El Tecate Pa’l Norte demuestra que un evento masivo, con más de 300 mil asistentes en tres días, puede ser un espacio donde la diversidad se celebra con hechos, no solo con palabras.
La accesibilidad no se limita a las plataformas. El festival cuenta con espacios y amenidades específicas para personas con discapacidad, identificados en el mapa oficial, y un quiosco de accesibilidad donde se resuelve cualquier duda. Incluso los esfuerzos de sostenibilidad del evento, como el uso de transporte público extendido y estacionamientos preferenciales para quienes comparten vehículo, facilitan el acceso a personas con movilidad reducida. Aunque se presentan pequeños inconvenientes —como cualquier evento masivo podría tener—, Apodaca Group los resuelve de inmediato, mostrando su compromiso con la experiencia de todos los asistentes. Además, la presencia de personal médico en áreas de primeros auxilios y la disponibilidad de estaciones de hidratación gratuita aseguran que las personas con necesidades específicas estén seguras y cómodas durante el festival.
El Tecate Pa’l Norte 2025 deja claro que la música tiene el poder de unir, y que la empatía puede convertir un festival en un espacio verdaderamente inclusivo. Como medio que aboga por los derechos de las personas con discapacidad, Inclusivo aplaude este esfuerzo y espera que otros eventos sigan este ejemplo. Anhelamos estar presentes en el Tecate Pa’l Norte 2026 para seguir explorando y celebrando estos avances, que son un faro de esperanza en un mundo donde las malas noticias a menudo opacan lo bueno. A quienes organizan, colaboran y asisten con empatía hacia las personas con discapacidad, les extiendo mi más sincero agradecimiento. Como dijo Helen Keller, defensora de los derechos de las personas con discapacidad: “Solos podemos hacer poco; juntos podemos hacer mucho”.
Más historias
La ansiedad nos llama
Viviendo con fantasmas
Los rostros de la frustración