
Cada 21 de noviembre se busca generar conciencia sobre esta malformación congénita que puede causar discapacidades severas, desde problemas motrices hasta complicaciones neurológicas que afectan la vida de quienes la padecen.
Por Isaí G., 21 de noviembre de 2024.
Cada 21 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Espina Bífida, una fecha que busca sensibilizar a la sociedad sobre esta condición congénita que puede afectar gravemente la calidad de vida de quienes la padecen. Esta jornada pone énfasis en la importancia de la prevención y el cuidado desde el embarazo para evitar complicaciones que van desde discapacidades motoras hasta daños neurológicos severos.
La espina bífida es una malformación congénita que impide el desarrollo completo de la médula espinal, las meninges y/o las vértebras. En los casos más graves, esta condición puede comprometer la funcionalidad de la médula espinal y extender sus efectos hasta el cerebro, ocasionando problemas como hidrocefalia, incontinencia, parálisis e incluso la pérdida del sentido del tacto.
Esta conmemoración surge para generar conciencia y promover acciones preventivas, como el consumo de ácido fólico en mujeres en edad fértil. Según especialistas en salud materno infantil, esta vitamina es crucial para prevenir el desarrollo de defectos en el tubo neural durante las primeras semanas del embarazo.
La espina bífida es una de las principales causas de discapacidad infantil, sólo superada por la parálisis cerebral. Aunque su origen exacto no está completamente definido, se sabe que factores genéticos y ambientales juegan un papel importante. Este problema afecta aproximadamente a uno de cada mil nacimientos en el mundo, con mayor prevalencia en regiones donde no se fomenta el uso adecuado de suplementos vitamínicos.
Espina bífida oculta: Se trata de un pequeño defecto en la formación de una vértebra. Muchas personas no presentan síntomas y sólo lo descubren mediante estudios de rayos X.
Meningocele: Este tipo se caracteriza por la formación de un saco lleno de líquido cefalorraquídeo que sobresale de la columna. Los afectados pueden experimentar ciertas limitaciones físicas.
Mielomeningocele: Es el caso más severo. Incluye una protrusión que contiene nervios y tejido cerebral, provocando parálisis parcial o completa, además de complicaciones neurológicas importantes.
La espina bífida se puede detectar durante el embarazo mediante ultrasonidos especializados. En muchos casos, los tratamientos incluyen cirugías prenatales para corregir el defecto antes del nacimiento, lo que mejora significativamente las perspectivas de los pacientes. Sin embargo, el acceso a estos procedimientos es limitado en varias partes del mundo.
La espina bífida no sólo afecta la movilidad o la funcionalidad de órganos; su impacto puede llegar hasta el cerebro, interfiriendo con el desarrollo cognitivo y emocional de quienes la padecen. Esta realidad subraya la importancia de la prevención, la investigación médica y la empatía hacia las personas que enfrentan esta condición y sus familias.
En este Día Internacional de la Espina Bífida, el llamado es claro: fomentar la prevención y garantizar el acceso a la atención médica adecuada para mejorar la calidad de vida de los afectados y construir una sociedad más inclusiva.
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